-CUANDO ESCUCHE TRUENOS, BUSQUE UN BUEN REFUGIO: El verano es para muchas
áreas del mundo una estación en la que se manifiesta con más frecuencia de
la que desearíamos uno de los fenómenos meteorológicos más mortales: el
relámpago, protagonista de las tormentas eléctricas. Pero como generalmente
no se cobran más de una o dos víctimas en cada siniestro, la mayoría de la
gente no comprende cuán peligrosos pueden ser.
"Aunque gran parte de quienes son alcanzados por un relámpago logran
sobrevivir, les suelen quedar secuelas permanentes como dolores crónicos,
lesiones cerebrales y problemas en sus procesos mentales", explica la
doctora Mary Ann Cooper, directora del Programa de Investigación sobre
Lesiones por Relámpagos, y profesora de Medicina de Urgencias en la
Universidad de Illinois en Chicago.
Instituciones como por ejemplo la Administración Oceánica y Atmosférica
Nacional (NOAA) y el Servicio Meteorológico Nacional, trabajan para
aumentar en la gente el grado de concienciación sobre el peligro que
significan los rayos.
Sólo en Estados Unidos, de 60 a 70 personas suelen morir cada año por
causa de los relámpagos, y el número de heridos es 10 veces mayor, según la
NOAA.
Muchas personas subestiman el riesgo de ser alcanzadas por un rayo, y no
saben cuándo o dónde refugiarse. Las decisiones sobre las medidas de
seguridad a adoptar ante los relámpagos deben ser tomadas de manera
individual, pero el trabajo educativo puede ayudar a que la gente reduzca
sus posibilidades de recibir la letal descarga eléctrica. "La regla es:
cuando oiga truenos, busque un buen refugio", resume Cooper.
Tenga en cuenta los siguientes datos y advertencias para garantizar su
seguridad:
Un relámpago puede caer bastante lejos (hasta unos quince kilómetros) del
área de lluvia de una tormenta.
Los períodos de mayor mortalidad por relámpagos son aquellos relacionados
con festividades, pues muchas personas participan en actividades al aire
libre, por ejemplo, el 4 de julio en Estados Unidos.
Los edificios cerrados, con techo, paredes y pavimento, son los lugares de
mayor protección. Un automóvil u otro vehículo bien cerrado y con un techo
resistente es también seguro, aunque debe asegurarse de que todas las
puertas y ventanillas estén bien cerradas.
Espere 30 minutos después del último trueno para reanudar sus actividades
en el exterior o seguir circulando en auto hacia casa.
Si la tempestad eléctrica le sorprende al volante, procure estacionar el
vehículo en el arcén, pues el resplandor de un relámpago puede deslumbrarle
y originarse con ello un accidente.
No hay ningún lugar exterior seguro para protegerse de una tormenta
eléctrica. Pero sobre todo evite los toldos de áreas de picnic, casetas,
cobertizos y otras estructuras pequeñas o parcialmente abiertas.
No busque abrigo bajo árboles altos y aislados. Esto le permitiría
mantenerse seco pero incrementaría el riesgo de que recibiese una descarga
eléctrica.
El relámpago tiene menor tendencia a caer sobre una persona que
sobre el objeto más alto en un radio de treinta metros alrededor de ella,
aunque nadie debería descuidar su seguridad por este dato estadístico.
Los relámpagos pueden viajar a través de los cables eléctricos, los
telefónicos, las cañerías y los sistemas de recepción de radio y televisión
de un edificio. Los teléfonos móviles sí son seguros, siempre y cuando no
distraigan al sujeto mientras se encuentra al volante de un vehículo.
Información adicional en:
http://tigger.uic.edu/htbin/cgiwrap/bin/newsbureau/cgi-bin/index.cgi?from=Releases&to=Release&id=1507&start=1130389200&end=1151211600&topic=0&dept=0