Brutal el verano del 94... Tras un invierno seco tuvimos una primavera generosa, que nos dejó una importante nevada de 36 cm en Requena el 16 de abril, aunque fue muy perjudicial para el viñedo, puesto que durante unos días heló fuerte, con una mínima que llegó a -4 ºC en el casco urbano y a -7 ºC en las zonas más frías de la comarca.
El monte entonces estaba espléndido... Pero llegó el verano, con un tiempo muy seco, máximas por encima de los 40 ºC y mínimas que no bajaban de los 20 ºC, con temperaturas a media noche que rondaban los 36-38 ºC. Eso, junto con el humo y las pavesas provenientes de los incendios hacían las noches muy desagradables.
En Requena se perdieron reservas boscosas de suma importancia, como el bosque de tejos de la Sierra del Tejo en el incendio de julio, con decenas de miles de hectáreas perdidas. Luego en agosto nuevos incendios azotaron el municipio, con menos hectáreas quemadas, pero todas ellas de bosque maduro, llevándose por delante árboles centenarios y el pino más grande de la Comunidad Valenciana: el Pino de Hórtola. Afortunadamente se salvaron los ejemplares de robles centenarios de aquel paraje. Por donde pasó el incendio ahora todo es un horrendo pedregal con una erosión en avance, al igual que pasa en toda la Sierra del Tejo y Siete Aguas.