En León repoblaciones forestales hay pocas, las que de vez en cuando hace la junta y ahora parece ser que son de autóctonos. Las repoblaciones "exóticas" sonde dos tipos, chopos en las riberas, muchos híbridos con canadienses, y pinos silvestres en algunas montañas a cota media, y medianamente comunicadas. El pino silvestre es exótico en todo león excepto para el pinar de Lillo.
Aún así la superficie forestal no ha aumentado gracias a estas repoblaciones, los chopos llevan muchos años ya, y la repoblación de silvestres tampoco afecta a tanta superficie.
El principal motivo de aumento son CAUSAS NATURALES, derivadas de la recolonización de la vegetación autóctona de tierras de cultivo y brañas abandonas, fruto de la despoblación rural, la desaparición de la agricultura de subsistencia en las montañas y la reducción de la ganadería tradicional.
Esto ha hecho que el rebollo este recolonizando lugares que desde hace siglos (y no exagero) eran cultivos de subsistencia, y sobre todo prados donde pastaban las vacas. Como en buena parte de la provincia el clima es húmedo, era relativamente fácil que el bosque recolonizara pero eso siempre fue controlado por el fuego. Con la despoblación y el envejecimiento del medio rural ya no se quema tanto (aunque se siga quemando ya no es tanto como hace 20 años por ejemplo) y esto ha hecho que los abedules y rebollos recolonizen.
Esto tampoco es tan bueno, mucha de esa superficie esta conformada por miles de pequeños árboles que habría que limpiar, y cortar cada poco para en unos años tener un bosque de verdad, lo que sucede es que crecen muchisimos por hectárea, y sin limpieza ni clareos de los ejemplares menos vigorosos, en unos años tendremos una maraña impenetrable de árboles de pocos metros sin vigor muy próximos entre si y propensos al fuego.
Aún andamos lejos de lo que son los bosques de lleida, Navarra o Soria.
Lo bueno es que casi toda la superficie al contrario que galicia o pais vasco esta conformada por especies autóctonas que con la gestión adecuada podrán convertirse en bosques de verdad, como los leridanos, navarros o sorianos.
Muy de acuerdo en casi todo lo que dices, efectivamente el Pinar de Lillo (León) es, junto con el de Velilla del Rio Carrión (Palencia), la única masa de
Pinus sylvestris autóctona que hay en la Cordillera Cantábrica. Alguna matización: León es con mucha diferencia la provincia de Castilla y León donde más repoblaciones se hacen (y una de las que se sitúa a la cabeza de España). Sólo en el período 1996-2006 se repoblaron en León más de 75.000 ha (algunas de especies autóctonas, otras no). El segundo lugar en Castilla y León lo ocupa Burgos con 30.000 ha. Nótese la enorme diferencia entre ambas provincias. Fuente: Junta de Castilla y León.
Aun así, yo también considero las causas naturales como la principal razón de este crecimiento, en un procreso de recolonización calcado al que ocurre en otras zonas. Eso mismo que dices del rebollo ocurre, por ejemplo, en muchos pueblos de los Montes Carpetanos y, en menor medida por la acción del fuego y la repoblación masiva con Pinus sylvestris y pinaster, en el pueblo de mi madre (Sierra de la Culebra, Zamora).
La falta de vigor de esos rebollares "jóvenes" no sólo es achacable en muchas localizaciones a la elevada densidad de pies sino a la verdadera edad de esos "jóvenes". En muchos casos son manifestaciones aéreas de cepas seculares que han rebrotado de raíz tras muchos muchos años, pero que esconden en realidad un árbol casi anciano. Lo que sucede es que nos "engaña" su parte aérea, pero sólo parcialmente puesto que el número de individuos puntisecos es elevadísimo y la producción de bellotas más bien escasa, generando un número "real" de nuevas plántulas muy escaso igualmente. La entresaca en ese caso no es solución (apenas generará mejoras y habrá que "ayudar" a la masa con la plantación o siembra de nuevos ejemplares. Evidentemente estos sí, jóvenes reales
), como he podido comprobar en la zona del Valle del Lozoya. Aun así, hay casos y casos y cada uno es un mundo que hay que estudiar por separado. En otros, a pesar de tratarse de árboles muy maduros, quizás no lo son tanto como en el caso expuesto anteriormente y sí consiguen tener una reproducción adecuada que garantiza un número aceptable de nuevos individuos "reales", al mismo tiempo que presentan menos ramas puntisecas (en este supuesto puede tener más sentido una entresaca). Todo esto varía en función del tiempo que ha pasado desde que se hizo la última tala general del rebollar original y del estado que presentaba éste en dicho momento. El tratamiento idóneo de la masa varía, lógicamente, en función de cada una de esas circunstancias. Por ejemplo, un rebollar que en el momento de ser talado (hace unos 25 años) presentaba un dominio de ejemplares jóvenes y que ahora, tras el abandono de los terrenos, ha vuelto a resurgir de cepa con múltiples rebrotes sí recibiría positivamente una entresaca.
Un par de apuntes más sobre León:
- Evolución de pies mayores: IFN2: 102.169.936; IFN3: 262.073.201
- Volumen (m3) por tipo:
Frondosas: 18.019.766; Coníferas: 8.500.063; Total: 26.519.829. Se aprecia que las coníferas algo colaboran, aunque en menor medida que las frondosas.
En cuanto a incendios forestales, estos son los datos de León en los últimos años (año. número total de siniestros (conatos + incendios mayores de 1 ha.), superficie forestal quemada en ha.):
1996: 399, 6.256
1997: 626, 17.834
1998: 694, 15.855
1999: 757, 13.822
2000: 1050, 35.691
2001: 733, 8.190
2002: 445, 4.670
2003: 452, 6.585
2004: 453, 3.772
2005: 920, 16.597
2006: 521, 6.231
2007: 384, 3.271
2008: 664, 5.650
Y la evolución para toda España de los tres últimos decenios
1980 7.190; 263.017
1981 10.878; 298.288
1982 6.545; 152.903
1983 4.791; 108.100
1984 7.203; 165.119
1985 12.238; 484.476
1986 7.570; 264.887
1987 8.679; 146.662
1988 9.247;137.734
1989 20.811; 426.693
1990 12.913; 203.032
1991 13.531; 260.318
1992 15.955; 105.277
1993 14.254; 89.267
1994 19.263; 437.635
1995 25.827; 143.484
1996 16.771; 59.814
1997 22.320; 98.503
1998 22.446; 133.643
1999 18.237; 82.217
2000 24.118; 188.586
2001 19.547; 93.297
2002 19.929; 107.464
2003 18.616; 148.172
2004 21.396; 134.193
2005 25.492; 188.672
2006 16.334; 155.363
2007 10.932; 86.113
2008 11.612; 39.894
Demostrado queda que el peor período de incendios, en cuanto a número de siniestros, en España (y Léón no es una excepción) desde que hay registros es el comprendido entre los años 1994-2006 ( ya si lo comparamos con los años 60 y 70 la subida es escandalosa. En los 60 por ejemplo la media se situaba entre 1000 y 2000 incendios anuales para todo el país). Otra cosa es que las hectáreas quemadas hayan descendido de media debido a la efectividad en la extinción. Pero "las malas artes" perseveran e incluso aumentan, siendo 2005, junto a 1995, año récord en este aspecto en España. Veremos si la senda iniciada en 2007 se mantiene en el futuro.
En lo de la lejanía a la madurez de las masas forestales de Navarra, Girona o Soria estoy completamente de acuerdo. Gestión adecuada, eso es lo necesario. ¿Sabrá llevarla a cabo la Junta?
Un abrazo