Y éstas son las fotillos:
Si queréis ver un GIF ANIMADO compuesto por 5 fotogramas (4 sin rayo + 1 con rayo) pinchar aquí:
https://www.tiempo.com/fotosrayo/30MAY06_ANIM.gif(Hay que esperar un poquito a que se cargue)
Saludos,
rayo
P.D. Lo he puesto en la última réplica (página 2) pero lo pego aquí también por si alguien no lo ve:
El tema de la fotografía de rayos es bastante atractivo, yo diría que incluso desafiante y por qué no decirlo, bastante peligroso. Lo dividiría en dos tipos, fotografía de rayos nocturna, realizada con tiempos de exposición superiores al segundo, y fotografía de rayos diurna con tiempos de exposición inferiores al segundo.
En el primer caso la técnica es más simple pues se trata de dejar abierto el obturador (posición B, “Bulb”) entre 5 segundos y 2 minutos (como mucho) y esperar a que durante ese intervalo de tiempo caiga algún rayo. El tiempo de exposición a seleccionar (y el valor de abertura del diafragma) depende mucho de la contaminación lumínica del lugar donde estemos sacando la foto, pero también de la frecuencia con que estén cayendo los rayos y de la distancia a la que se encuentren de nosotros (profundidad de campo) es decir de lo intenso luminicamente que sea el fogonazo.
No es lo mismo hacer la foto desde un parque de una gran ciudad con farolas delante, donde tiempos de exposición superiores a los 20 segundos “queman” la foto (por muy cerrado que tengamos el diafragma), que desde un prado oscuro, alejado 100 Km de la misma, donde se puede aguantar 1 minuto o incluso 2 o 3 con el obturador abierto a diafragmas muy cerrados (f22 o f32). La frecuencia de los rayos también modifica ésta relación, si los rayos caen cada segundo o cada 2 o 3 segundos, podemos hacer exposiciones cortas (nos saldrá el cielo más oscuro), pero si caen cada 30 segundos habrá que esperar más para cerrar el obturador y el cielo saldrá más claro o con una tonalidad rojiza. Por supuesto también influye que estén más cerca (diafragmas cerrados f11 a f22) o más lejos (diafragmas más abiertos f4 a f8) y aquí el tema del enfoque y la profundidad de campo juegan un papel importante, puesto que no podemos enfocar el rayo a priori, es necesario hacer un enfoque manual previo a una distancia representativa usando el diafragma más cerrado que podamos para que aumente la profundidad de campo. La única receta posible es probar y probar y examinar a posteriori los resultados analizando diafragma, tiempo de exposición, enfoque y sensibilidad utilizados. En principio la sensibilidad (ISO) cuanto más baja mejor. Ni que decir tiene, que son imprescindibles trípode y cable disparador automático.
En el caso de los rayos de día las cosas se complican bastante más. No podemos usar la posición “B” porque se nos quemaría la foto. Y la luz del día no nos deja hacer exposiciones más largas de 1/2 segundo aproximadamente (por supuesto con un diafragma cerrado, f16 a f22 o f32). Existen tres “métodos” básicamente:
1- Disparar cuando vemos el rayo.
2- Disparar de manera aleatoria, cuando creamos que vaya a caer.
3- Utilizar la función de disparo múltiple de la cámara.
1- En el primer caso, la suerte es fundamental, dependemos de ella. Coger un rayo en estas circunstancias es en teoría prácticamente imposible. Un único rayo está constituido por varias descargas sucesivas y cada una suele durar centésimas de segundo, sólo en el caso de que esté compuesto por una cantidad grande de “strokes” se mantendrá algo más de tiempo, pero no más de unas décimas de segundo. ¿Entonces por que los “pilla” la gente?. El tiempo de reacción del cerebro humano al destello del rayo es limitado, si vemos un rayo y disparamos en ese preciso instante lo hacemos, en el mejor de los casos, unas décimas de segundo después de que éste ha caído, por lo que es imposible coger ese rayo. Pero ocurre con frecuencia, que cuando cae un rayo, suele repetir el mismo camino o canal otro rayo posterior, o caer otro rayo en una zona próxima al primero cubierta también por el campo de visión de nuestra cámara, por lo que “kazamos” otro rayo. A nosotros nos da igual, hemos kazado un rayo que es lo que nos importa. Otro factor importante es la distancia del rayo y también el tiempo en que el canal de aire incandescente permanece iluminado después de la descarga eléctrica. Los rayos que caen lejos dan la sensación de quedar “impresos” en nuestra retina más tiempo que los que caen en nuestras inmediaciones. El canal de aire incandescente permanece en ese estado un poco más de tiempo (décimas de segundo) que lo que dura en realidad el proceso completo de la descarga.
Os sugiero leáis este interesente tópic de Gloria en el foro de la sala de lectura:
https://foro.tiempo.com/index.php/topic,2131.0.html2- Si en el anterior caso la suerte era fundamental, aquí es casi todo cuestión de suerte. Disparar aleatoriamente hacia la zona donde se están produciendo los rayos tiene de todas maneras alguna posibilidad de intervención por parte nuestra. Si las condiciones de luz son, por ejemplo, diafragma f8 y obturador 1/125 seg. y hacemos un disparo por segundo, estamos cogiendo en cada segundo una escena por cada 125 existentes. Es decir que las posibilidades de coger un rayo son inferiores a un 1%. Con esas condiciones de luz (f8 1/125) ésta sería la tabla de diafragmas y velocidades de obturador equivalentes correspondientes:
F2.8 1/1000
F4 1/500
F5.6 1/250
F8 1/125
F11 1/60
F16 1/30
F22 1/15
Como veis, por ejemplo, f8 1/125 es equivalente a f22 1/15 o a f4 1/500. Es decir, que en los tres casos el sensor (o la película) recibiría la misma cantidad de luz. ¿Cuál elegiremos? pues en este caso que lo que necesitamos es que el tiempo de exposición sea el mayor posible, elegiremos f22 1/15. De este último modo estaríamos cogiendo en cada segundo una escena de cada 15 posibles. Ahora las posibilidades de coger un rayo serían mayores que antes, de un 7% aproximadamente, pero siguen siendo muy pequeñas. ¿Qué podemos hacer? Pues algo más, o esperar a que las condiciones de luz sean “peores”, ósea que se oscurezca todo un poco más y podamos usar tiempos de exposición más largos, o forzar ese oscurecimiento poniendo a la cámara un filtro de densidad neutra factor 2X 4X 8X 16 o 32X para reducir la intensidad de la luz que llega al sensor. Se trata de conseguir un tiempo de exposición de 1/2 ó 1/3 de segundo, con lo que nuestras “ventanas” de captación del posible rayo serían mayores llegando, ahora si, al 50% o 33%.
Nótese, que si elegimos tiempos muy pequeños (1/500, 1/1000, 1/2000) de disparo, el efecto es contraproducente, pues si un rayo dura 1/100 de segundo y nosotros exponemos por ejemplo, sólo a un 1/1000, las posibilidades de captarlo son prácticamente nulas.
3-Por último, utilizar la función de disparo múltiple de la cámara nos ofrece la opción más interesante. Aunque las cámaras se publicitan con una frecuencia de disparo dada, por ejemplo 5 fotogramas por segundo en la reflex Canon 20D, estos son reales para unos tiempos de exposición altos, del orden de 1/125. Cuanto más cortos sean estos (1/60, 1/30, 1/15, 1/8, 1/4, 1/2, 1, 2, 4, etc …) existe, lógicamente, menos posibilidad material de realizar ese número de 5 disparos. Por ejemplo, con tiempo de exposición de 1/2 segundo, sólo podemos hacer 2 disparos en un segundo como mucho, tiempo que en la práctica es menor. Además, la cámara respeta esa cadencia de disparo durante un limitado período de tiempo, después del cual, pasa datos del bufer a la memoría, deja de disparar, “respira” y vuelve a disparar otra vez con ese ritmo. Si además tenemos activada la función de eliminación de ruido para tiempos de exposición largos, el proceso se eterniza (hay que desactivarla). En definitiva, debemos elegir un tiempo de exposición para el que disparando automáticamente “captemos” la mayor parte del tiempo cronológico. Lo ideal sería por ejemplo eso, un tiempo de exposición de medio segundo y que nuestra cámara disparase 2 disparos por segundo ininterrumpidamente, por lo que tendríamos fotografiado todo el tiempo existente y las posibilidades de pillar el rayo, si cae, serían del 100%.
Obviamente ese ritmo tan perfecto no se puede mantener durante mucho tiempo, pues la cámara no se comporta tan correctamente como deseamos, y además nuestra tarjeta de memoria se llenaría continuamente y habría que volverla a vaciar, borrando todas las imágenes que no tienen rayo (una por una) y desperdiciando mientras tanto la posibilidad de “pillar” otro rayo. Por otro lado disponer con luz de día con una “miserable” luz en que 1/2 segundo sea un tiempo de exposición seleccionable es bastante difícil, a no ser que el día esté muy oscuro (por la propia tormenta), sea muy tarde, o le hayamos puesto a la cámara un filtro de densidad neutra para reducir la exposición. Pero al menos debemos intentarlo.
La fotografía del rayo de este tópic está hecha con una Canon 20D, el día 30/MAY/06 a las 20h 52’ mirando hacia el WNW desde un puente de la vía de tren, en las inmediaciones de Tembleque (Toledo) con un objetivo Tamron de 11-17mm., distancia focal 11 mm., con diafragma f13, exposición 1/3 seg., ISO 100, sin filtros, balance de blancos automático, con trípode y disparando manualmente con la función de disparo múltiple activada, que venía a ser de 2 disparos por segundo aprox. Caía un rayo cada 15 segundos, más o menos. Disparé unos 70 fotogramas consecutivos en varias secuencias y cazé sólo 2 rayos, éste que os he mostrado y otro mucho más débil. Como veis la proporción no es muy buena, pero al final si coges algo como esto, merece la pena el derroche de fotogramas y el tiempo invertido.
Nada más de momento, espero que con estos pequeños apuntes os hayan ilustrado algo más sobre este apasionante tema.
Saludos
rayo